Hoya carnosa
R. Br.
Flor de cera, Flor de nácar
Enredadera muy vigorosa, con largas ramas de hasta más de 5 m de largo,
colgantes o trepadoras, si se le ayuda con tutores, gruesas, leñosas,
volubles, con raicillas aéreas y revestidas de una fina corteza de color
marrón grisáceo.
Las hojas, muy carnosas, brillantes, de color verde
oscuro y hasta 8 cm de largo, son simples, alternas, corta y gruesamente
pecioladas, de contorno entre ovalado y lanceolado, puntiagudas en el
ápice y enteras en sus bordes.

Sus pequeñas y delicadas flores, de alrededor de 1-2 cm de diámetro, forma
estrellada y consistencia cérea, se agrupan en grandes inflorescencias
de hasta más de 8 cm de diámetro, formando una bellísima umbela que
recuerda la cúpula celeste en una noche estrellada.
Cada flor
presenta una coloración blanquecina, que se torna rosa con el tiempo,
alrededor de un centro de color rojo intenso, y está cubierta de pelos
diminutos que les dan un aspecto brillante y difuso. Se hallan
sostenidas por un espolón leñoso axilares de unos 2 cm de largo.
Duran aproximadamente una semana, y producen una gran cantidad de néctar
dulzón y suavemente oloroso.
Esta singular especie procede de Australia y el sudeste asiático,
habiéndose introducido en las Islas Canarias como planta ornamental. Es
relativamente frecuente en jardines de las zonas medias y bajas de las
Islas, pudiendo cultivarse también en interiores luminosos.
Florece
desde mediados de primavera hasta bien entrado el otoño.