Papaver somniferum L. ssp. setigerum (DC.) Arcang.
Amapola borracha, Amapola loca, Amapolón, Marimoña, Adormidera
Descripción:
Herbácea anual de hasta 1 m de alto, de color
entre verde-azulado y grisáceo, que produce tallos erectos y poco
ramificados, que en su juventud presentan unos cuantos pelos tiesos y
dispersos (setas), que también aparecen en el nervio central del envés
de las hojas.
Las hojas, grandes, lisas y de color verde ceniciento,
son simples, alternas, subespatuladas, pinnatifidas, lobado-dentadas las inferiores, y más o menos oblongas,
aferradas en su base al tallo (abrazadoras), y las superiores con bordes
de dientes
aristados.
Sus grandes y hermosas flores,
de unos 2-6 cm de diámetro, crecen solitarias al final de largos, finos
y elegantes tallos floríferos de hasta 40 cm de largo. Cada flor tiene
dos o tres sépalos lampiños de color verde, prontamente caedizos, y
cuatro pétalos de color rojo, violáceo o blanquecino, con una gran
mancha negra en su base. El androceo está compuesto por numerosos
estambres claviformes con filamentos negros y anteras amarillas,
mientras el ovario no tiene estilo pero sí entre 5-8 estigmas radiales,
prominentes y de color oscuro sobre un disco plano lobulado.
El fruto
consiste en una gruesa cápsula más o menos cilíndrica, de unos 3-5 cm de alto y
1-4 cm de ancho, en cuyo interior se aloja un elevado número de
minúsculas semillas de color negro, arriñonadas, reticuladas. Cuando el
fruto está seco y es movido por el viento, las semillas escapan por unos
pequeños poros que se abren en la parte superior de la cápsula, justo
bajo el sombrero en que se ha transformado el disco estaminal.
Toda
la planta produce abundante látex, blanquecino y pegajoso.

Hábitat: Esta especie parece tener su origen en la
región circunmediterránea. En Canarias es frecuente en campos de
cultivo, baldíos, jardines descuidados, bordes de caminos y carreteras,
etc., de las zonas baja y media de las islas. A menudo crece formando
pequeños grupos, y casi siempre acompañada de su pariente más conocida,
la amapola común (Papaver rhoeas).
En nuestro archipiélago
existen dos subespecies de esta planta: la típica (ssp. somniferum),
presente en todas las islas y caracterizada por su escasa o nula
pilosidad, sus hojas sinuadas, crenadas o dentadas, su disco con 8-12
radios y su cápsula dehiscente o indehiscente, y la ssp. setigerum,
que solo se encuentra en Gran Canaria, Tenerife y Lanzarote, y se
diferencia por la presencia de setas (pelos largos y rígidos) en el
tallo y en el nervio central del envés de las hojas, que son
lobado-dentadas y con dientes aristados, su disco con sólo 5-8 radios, y
su cápsula siempre dehiscente, de menor tamaño y de forma más bien
cilíndrica en lugar de globosa.
Floración: Finales de invierno y primavera.
Reproducción:
Por semillas.
Usos: Esta especie es una de las plantas más
conocidas de todo el mundo, especialmente por ser la productora del
opio, una compleja mezcla de sustancias químicas que se obtiene a partir
del látex blanquecino y pegajoso que se extrae de sus frutos y que ha
constituido la droga más importante de las culturas del Lejano Oriente.
El opio contiene numerosos alcaloides, entre ellos la morfina, cuya
aplicación médica se ha manifestado especialmente importante en el
tratamiento del dolor.
Su cultivo es muy antiguo, desde al menos
4.000 años, con evidencias de su presencia en numerosos lugares de
Europa central y mediterránea, asociada a culturas neolíticas y de las
primeras civilizaciones.
De sus semillas se obtiene el aceite de
adormidera, amarillo, inodoro y de sabor agradable, que se usa para
fabricar jabones y barnices, y en menor medida como comestible.
Se
puede emplear como especie ornamental, aunque sus bonitas flores son muy
efímeras. Requiere muy pocos cuidados y no hay que preocuparse de su
reproducción, pues sus semillas tienen un gran poder germinativo y
brotarán año tras año en el jardín. Comercialmente, existen numerosos
cultivares que producen una gran variedad de coloridas flores.