Echium plantagineum
L.
Zuaja, Lengua de vaca, Lengua de buey, Lengua de oveja, Palomino, Sonaja, Viborera
Descripción:
Herbácea anual de unos 20-80 cm de alto,
híspida o serícea en todas sus partes, ásperas y rasposas al tacto.
Tiene tallos erectos o ascendentes, simples, o ramificados en su parte
superior, con indumento de setas largas y pilosidad corta.
En su base
forma una roseta de grandes hojas oblongo-lanceoladas de hasta 15 cm de
longitud, simples, enteras, largamente pecioladas y con nerviación
lateral remarcada. De esta roseta basal, que crece muy pegada al suelo y cuyas hojas se marchitan
prontamente, surgen uno o varios tallos erectos, sobre los que se
insertan unas cuantas hojas de color verde intenso, semiabrazadoras,
cortamente pecioladas, largamente lanceoladas y de base acorazonada.
Sus numerosas y llamativas flores, inicialmente de color rosáceo y más
tarde de rojo purpúreo hasta azul intenso, rara vez rosa o blanco, se
disponen en densas inflorescencias cimosas, erectas y ramificadas de
hasta 25 cm de alto. Presentan un cáliz de alrededor de 1 cm de
longitud, dividido en cinco lóbulos estrechamente lanceolados,
recubierto de pelos cortos y setas largas. La corola, de unos 2-3 cm de
largo, tiene forma de embudo estrecho que se ensancha hacia el ápice;
glabra en el exterior, con algunos pelos largos dispersos a lo largo de
los nervios y frecuentemente también en los lóbulos del labio inferior,
de la que sobresalen dos de sus cinco estambres, con filamentos algo
vellosos de color blanquecino o purpúreo, y anteras ovoides de color
azul.
Los frutos consisten en minúsculas nueces de 2-3 mm de diámetro
y textura verrucosa, que encierran una cantidad variable de semillitas
grises o negras.

Hábitat: Especie propia del área mediterránea y los
archipiélagos macaronésicos. En Canarias es frecuente y hasta
abundante en las zonas media y baja de las islas, aunque puede ascender
hasta cotas situadas cerca de los 2.000 metros.
Se comporta como una
mala hierba que prolifera en los campos de cultivo abandonados, a veces
recubriéndolos casi por completo, aunque también abunda en márgenes de
caminos y carreteras, escombreras, terrenos removidos, etc.
Floración: Su llamativa floración se produce normalmente entre los
meses de febrero y junio.
Reproducción:
Por semillas.
Usos: Puede utilizarse como planta ornamental, en
macetas o en jardines de rocalla, aunque
habrá que preocuparse de que no acabe invadiendo todo nuestro jardín.
En algunas localidades se emplea como forraje para cabras y conejos,
mezclada con otras hierbas, ya que comida en exceso resulta algo tóxica
para los animales.
La raíz produce un tinte muy fuerte de color
rojizo que puede usarse en procesos artesanales de teñido de lanas y
algodón.