Pericallis cruenta (L`Hér.) Bolle
Senecio, Flor de mayo, Tusílago morado
Herbácea perenne, de porte erecto y unos
50-80 cm de alto, fijada al suelo por un buen puñado de largas raíces
tuberosas, de las que brota un tallo largo, delgado, macizo, más tarde
ramificado, de color morado y recubierto de una ligera pelusilla.
Las
hojas basales son simples, alternas, largamente pecioladas, orbiculares,
onduladas e irregularmente dentadas, pubescentes, de color verde intenso
y con nervios morados en la haz, pero de una tonalidad rosa a carmesí y densamente
tomentosas en el envés. Las del tallo entre acorazonadas y lanceoladas.
En la base del peciolo, allí donde entroncan con el tallo, se forma una
amplia aurícula, a veces casi tan grande como la propia lámina.
Las
flores se disponen en densas inflorescencias de entre 7-20 capítulos
cada una. Los capítulos tienen las flores externas (lígulas) de color
rosáceo, y las del centro (flósculos) de color púrpura oscuro. El
peciolo y las brácteas que rodean la base del capítulo son de color casi
morado y ligeramente vellosos. Al madurar generan numerosos frutos en
forma de pequeña cipsela dotadas de un corto vilano blanquecino que
favorece su dispersión por el viento.
En ocasiones se encuentran
ejemplares con las flores blancas.
Esta llamativa especie es frecuente y hasta
común en las áreas boscosas del norte de Tenerife situadas entre Agua
García y La Orotava. Prefiere zonas clareadas de los bosques, bordes de caminos y
carreteras, vallados, muros y paredes, etc.
Primavera.
Por semillas.
Es una bella planta para usar en jardinería.
Su cultivo es muy fácil y requiere pocos cuidados, debiendo moderarse su
riego y abono, pues de lo contrario los ejemplares adquieren dimensiones
desproporcionadas que reducen su bello porte original.
Todas las especies de esta familia son más o
menos tóxicas, pues contienen ciertos alcaloides que provocan daños en
el hígado si se consumen durante largo tiempo.
Islas Canarias.
En el año 1777 se obtuvo en los Jardines
Reales Británicos un hibrido resultado del cruce de dos plantas
endémicas de las Islas Canarias: Pericallis cruenta y
Pericallis lanata. Este hibrido, denominado originalmente como
Cineraria × hybrida, es una planta cultivada en la
jardinería de todo el mundo y se considera con el origen de todas las
cinerarias no silvestres. Se caracteriza, principalmente, por formar
tallos bajos muy ramificados que dan como resultado plantas muy
compactas, generalmente de no más de 20 cm de altura, con grandes hojas
pecioladas de color verde oscuro y formas entre acorazonadas y
triangulares, flores con disco muy pequeño y apretado, y lígulas de
tamaño y coloración muy variada.
A partir de este híbrido original se han obtenido numerosos
cultivares con una gran variabilidad en el tamaño y colorido de las
inflorescencias.
Su nombre genérico (Pericallis) podría
derivar del griego peri (alrededor) y callos (bello,
belleza), pudiendo significar algo así como "que desprende belleza". El
específico (Cruentus) procede del latín cruor (sangriento), al
parecer haciendo alusión al color "ensangrentado" del envés de sus
hojas.
Pericallis cruenta, Tussilago
rubra, Doronicum cruentum.
Distribución:
Endemismo canario. Tenerife.
Ecosistemas: Laurisilva, Fayal-brezal.
Altitud: Normalmente entre los
800-1.500 m s. n. m.
Texto y fotos: J. Alfredo Pérez Martín