Sin lugar a dudas, este es el helecho más
extraño y variable de la flora canaria. Al contrario que en la mayor
parte de los otros helechos, sus frondes no están divididas, sino que
presentan una lámina entera, palmeada, con 3-5 lóbulos, o subentera en
los ejemplares jóvenes, acorazonada en su base, con los lóbulos con
margen entero, en general acuminados y agudos, y el central mayor que
los laterales.
Estas frondes brotan de un corto y grueso rizoma,
oblicuo, densamente cubierto de escamas ovaladas de color castaño oscuro
y provisto de numerosas raíces fasciculadas, permaneciendo unidas al
mismo por un largo y fino peciolo (estípite) de color marrón verdoso.
Son coriáceas, de color verde brillante y tamaño entre los 5 y 15 cm de
largo, aunque en la isla de La Gomera se encuentra una variedad, llamada
longilobatum, de considerable tamaño, con ejemplares cuyas
frondes pueden alcanzar hasta 40 cm de longitud.
Cada lámina presenta
tres o cinco nervios principales y numerosos nervios secundarios,
dispuestos radialmente desde la base, en torno a los que se disponen
innumerables soros lineares solitarios de color marrón, con indusio
membranáceo, rígido, estrecho, entero, formando un bello dibujo de
estructura casi simétrica.
Su enorme variabilidad queda reflejada en
citas que hablan de ejemplares con las frondes rizadas, crestadas, etc.
Especie relativamente frecuente en rincones
húmedos y sombríos de la Laurisilva y de los Bosques termófilos, aunque
su pequeño tamaño a menudo la hace pasar desapercibida. Normalmente se
desarrolla en márgenes de barrancos o vaguadas, paredes de piedra,
cuevas, oquedades, etc., siempre sobre sustratos muy ricos en humus.
Los soros maduran durante casi todas las
épocas del año, a medida que cada fronde alcanza su plenitud vegetativa;
sin embargo, lo más frecuente es que la esporulación se produzca en los
meses de primavera y verano.
Por esporas y por división del rizoma.
Se cultiva ocasionalmente como ornamental, en
ambientes parecidos a los de sus hábitats naturales, aunque tal práctica
debe realizarse siempre desde el debido respeto a los ejemplares
silvestres.
La infusión de sus hojas se emplea en
medicina natural como diurética.
Portugal, norte de África y Macaronesia.
Su nombre vulgar de pie o pata de gallo alude
a la forma palmeada de las hojas, que de algún modo recuerdan a las
extremidades inferiores de esas aves. Y el de hierba candil al parecido
que muestran las frondes, vueltas del revés y con su peciolo hacia
arriba, con ese antiguo artilugio para alumbrar.
Ocasionalmente se
hibrida con Asplenium onopteris, produciendo un extraño y bello
helecho conocido como Asplenium x tagananaense, que
solo se encuentra en los bosques de Taganana, en la isla de Tenerife.
Su nombre genérico (Asplenium) proviene del
griego asplenon (doradilla), y parece hacer referencia al uso
medicinal que durante la Edad Media se daba a las plantas de este género
para curar enfermedades ligadas con el bazo, como la llamada melancolía,
supuestamente causada por exceso de bilis negra. El específico
(Hemionitis) parece derivar del griego hemi (mitad), al parecer
aludiendo a los lóbulos de las frondes, que penetran casi hasta la mitad
de la lámina. Según otros autores procedería de hemionos
(mula), relacionándola con la aparente y supuesta infertilidad de la
especie que, al igual que los demás helechos, no produce ni flores ni
semillas.
Hemionitis palmatum.
Distribución:
Nativa. El Hierro, La Palma, La
Gomera, Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura, Lanzarote.
Ecosistemas: Bosques termófilos, Laurisilva, Fayal-brezal.
Altitud: Normalmente entre los
200-1.200 m s. n. m.
Texto: J. Alfredo Pérez Martín