El extracto de sus flores se emplea en la industria cosmética como acondicionador de la piel.
Todas las partes de esta planta son ligeramente tóxicas, especialmente el látex lechoso que segrega su corteza al romper las ramas o arrancar las hojas, pues puede causar irritación y quemaduras ligeras en la piel.
Sin embargo, este mismo efecto abrasivo era utilizado en sus regiones de origen para tratar problemas de la piel, como empeines, sarna o úlceras, y para quemar verrugas.

Con su madera se hacía leña, que se usaba como combustible después de dejarla secar bien para evitar su látex.
En algunas culturas es símbolo de inmortalidad por su extraordinario poder en la producción de hojas y flores. En la India se usan las flores para hacer ofrendas a sus dioses, y para alfombrar las zonas de entrada a los lugares sagrados.
A esta especie se parece mucho la Plumeria alba, casi igual en todas sus características morfológicas, pero con flores blancas, pero de la existen algunas variedades con flores amarillentas, por lo que a veces ambas especies se pueden llegar a confundir.

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