Se emplea con mucha frecuencia en paisajismo de lugares con clima cálido debido a su capacidad para prosperar en condiciones secas y su hermosa floración, siendo uno de los arbustos más utilizados en los jardines mediterráneos. También es muy frecuente su uso en bordes de carreteras, y como en las medianas de separación de autopistas.
Su cultivo requiere pocos cuidados, es de crecimiento rápido, y perfecta para setos, plantaciones en grupo o como ejemplar individual en jardines de bajo mantenimiento.
Todas sus partes son altamente tóxicas si se ingieren. Y el látex que segrega puede causar irritaciones en la piel, inflamación de los ojos y dermatitis. Por eso se recomienda manejar la planta con guantes, y evitar que los niños pequeños entren en contacto con ella.

A pesar de ello, en algunas zonas se preparaba antiguamente con sus hojas, mezcladas con miel, un ungüento usado como remedio contra la sarna, y sus hojas maceradas para combatir la caspa y la caída del cabello.
Tradicionalmente se empleaban sus tallos en trabajos de cestería, la ceniza obtenida de quemar su madera en la fabricación de pólvora, y sus tallos se colocaban entre las siembras de garbanzos, habichuelas y otras plantas leguminosas para protegerlas de ciertas enfermedades.
Es una especie tan resistente que fue la primera planta en florecer en Hiroshima después de la explosión de la primera bomba atómica.

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