Es una planta de llamativas hojas y bellísima floración, por lo que es muy empleada como especie ornamental en todo el mundo.
Su cultivo es bastante fácil, pues sólo requiere exposición soleada o de semisombra, temperaturas medias o altas, terrenos porosos y drenados ricos de sustancia orgánica, y bastante riego.
También se puede cultivar en piletas o pequeños estanques, con la base sumergida en el agua algunos centímetros. Y en interiores, siempre que esté situada en un lugar sombreado y tengamos especial cuidado con el riego.

En muchos lugares se cultiva en grandes cantidades para ser empleada como flor cortada, ya sea en ramos de flor única, o en composiciones florales de colores contrastados.
Tradicionalmente se cultiva la especie original de flores blancas, pero en la actualidad se pueden encontrar en el mercado numerosas variedades, que se caracterizan por sus hojas más pequeñas y decorativas, y sobre todo el diferente color de sus flores, que van desde el amarillo al casi negro, pasando por una amplia gama de tonalidades rosáceas, rojizas o anaranjadas.
Se considera una planta tóxica, pues contiene cristales de oxalato de calcio perjudiciales para la salud, por lo que se recomienda no ingerir ninguna de sus partes.
El contacto con su savia puede ser irritante para la piel, y mucho más para los labios y la boca.

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