 
Acalypha wilkesiana 
Müll.Arg.
	Acalifa
	
		Arbusto semileñoso, perenne, de entre 1-3 m de altura, dioico, con los 
		tallos jóvenes tomentosos, y follaje muy denso y llamativo, que aportan 
		una gran belleza a la planta.
Sus hojas son muy variables en su forma 
		y colorido, dependiendo de las muchísimas variedades de esta especie.
		Se desarrollan agrupadas al final de la ramitas, y son grandes, de entre 
		5-20 cm de longitud, de elípticas a anchamente ovadas, con la base de 
		redondeada a aguda, el margen aserrado y el ápice acuminado. Al 
		principio de color verde moteado, pasando a verde cobrizo, morado, 
		amarillo o anaranjado, alcanzando al final de su plenitud vegetativa la 
		tonalidad rojo cobrizo que les caracteriza.
 

		Sus diminutas flores, de tonalidades rojizas, se agrupan en pequeñas 
		espigas terminales: las masculinas colgantes, y las femeninas en espigas 
		más cortas y ocultas entre las hojas. 
La floración se suele producir 
		durante el verano, alargándose en algunas ocasiones hasta finales de 
		otoño.
Los frutos son cápsulas duras, de coloración de marrón a casi 
		negro, y que contienen diminutas semillas duras.
 
 
	
		Se puede reproducir fácilmente por esquejes leñosos provistos de talón 
		que favorezca el arraigo, siendo la mejor época para hacerlo finales de 
		invierno y primavera.
Es una planta de crecimiento muy rápido.