Impresionado ante la belleza volcánica, César Manrique ideó la Ruta de los Volcanes, un recorrido de unos 14 kilómetros a lo largo del núcleo principal de las erupciones donde el visitante puede ver una gran concentración de cuevas, cráteres, mantos de lava e impresionantes malpaíses desde una guagua acondicionada para atravesar las paredes volcánicas de este conmovedor paisaje lunar.


Así mismo, Manrique dio rienda suelta a su imaginación dando vida al restaurante El Diablo, un espacio gastronómico vivo e imponente que se mimetiza con el entorno, realzando aún más su interés turístico, artístico y cultural.