Carne fina, blanca al corte, anaranjada bajo la cutícula, espesa, tierna, sin apenas sabor, y con olor inapreciable. Esporada de color blanco puro. Esporas de subesféricas a ovoides, blancas, lisas, hialinas.


Relativamente frecuente en pinares, jarales, fayal-brezal mixto y zonas de eucalipto, teniendo preferencia por terrenos ácidos.
Especie muy tóxica que contiene pequeñas cantidades de muscarina y mayores cantidades de otras sustancias alucinógenas. Estas sustancias se encuentran principalmente en la cutícula, por lo que quitándola o cociéndola bien desaparece gran parte de su toxicidad. Sus principales componentes activos son el muscimol y el ácido iboténico. Sus efectos se hacen evidentes a las dos horas de la ingestión, con síntomas como vómitos y diarrea. Una sobredosis puede conducir a un síndrome anticolinérgico, con piel seca, enrojecida, hipertermia, midriasis, arritmias cardíacas, riesgo de fibrilación ventricular, delirio, convulsiones, y hasta el coma.
Usada por culturas del norte de Europa en ritos religiosos por sus propiedades alucinógenas. En Siberia se ha consumido tradicionalmente por pastores, que la cocinaban y se bebían el líquido resultante, lo que les producía en efecto euforizante que les protegía del frío.
Es una de las setas más conocidas del mundo, y la que se ha usado tradicionalmente para la representación gráfica de los hongos, apareciendo su dibujo en pinturas tradicionales, libros, cuentos, cómics, etc., siendo una de sus apariciones más famosas en la literatura universal la que se hace en el conocido relato Alicia en el País de las Maravillas.
En los pinares de La Palma y Gran Canaria se ha encontrado una variedad de esta especie (Amanita muscaria var. formosa), que se diferencia del tipo porque la cutícula del sombrero es amarilla y a veces se ven tonos amarillos en la base del pie.
En las Islas Canarias es muy difícil su confusión con otras especies, pues no existen aquellas con las que tiene un relativo parecido, como la Amanita Caesarea.