Herbácea perenne, de porte arbustivo y entre
20-90 cm de alto, abundantemente ramificada y de consistencia leñosa o
casi leñosa en la base del tallo. Las ramas basales son rastreras y
producen estolones con los que la planta va extendiendo su territorio;
el resto son levantadas, algo carnosas, de apariencia articulada, más o
menos quebradizas, de crecimiento en zigzag, y coloración verde con
rayas longitudinales rojizas a marrón oscuras.
Sus muy variables hojas, de color verde
pálido a verde azulado y entre 5-8 cm de largo, son simples, alternas,
largamente pecioladas, entre deltoides y sagitadas, de agudas a obtusas
y con el margen más o menos festoneado.
Sus diminutas flores, de
color verdoso al principio y rojizo purpúreo más tarde, se agrupan en
llamativas inflorescencias paniculadas abiertas y dispersas, terminales
o subterminales, y de 10-30 cm de longitud. Los frutos son minúsculas
nuececillas orbiculares de entre 3-6 mm de diámetro, enteras, cordadas,
rodeadas de tres alitas membranosas, y que contienen unas semillitas de
unos 2 mm de longitud.
De todos modos hay que tener en cuenta que se
trata de una especie muy variable, tanto en la forma de las hojas, como
en la densidad y colorido de las inflorescencias.
Especie endémica de Canarias y Madeira. En
nuestras islas es relativamente frecuente en áreas abiertas del
Monteverde y zonas clareadas de los pinares húmedos, desarrollándose
casi siempre en laderas rocosas, pedregales o paredes de piedra. También
es frecuente en malpaíses volcánicos, siendo una planta pionera en la
colonización de lavas recientes.
Primavera y verano, habitualmente entre los meses de abril y agosto.
Por semillas y por tallos enraizados.
Lo mismo que con los ejemplares de la vinagrera (Rumex canariensis),
las inflorescencias secas y desmenuzadas
manualmente se utilizaban antiguamente como parte del tapiz vegetal con
que se alfombraban las calles de muchos pueblos canarios durante las
fiestas del Corpus Cristhi, como el de Mazo, en la isla de La Palma.
Se puede emplear como especie ornamental, especialmente llamativa por
sus rojizas inflorescencias, muy adecuada para macetas y para jardines
de rocalla.
En algunos lugares se emplea como planta
forrajera para cabras y vacas, mezclada con otras herbáceas.
La infusión de sus hojas se emplea
externamente para tratar enfermedades de la piel. También se le
atribuyen propiedades diuréticas, depurativas, astringentes y
cicatrizantes.
En Madeira se usaba antiguamente para bajar la fiebre.
Islas Canarias, Madeira.
Estudios realizados por científicos de la Universidad de Madeira
(Portugal) han identificado la presencia en esta especie de hasta 95
compuestos químicos, como ácidos fenólicos y orgánicos, lignanos y
flavonoides, que podrían usarse en la elaboración de productos
antioxidantes destinados a contrarrestar la acción de los radicales
libres.
Su nombre genérico (Rumex) procede del latín
rumex, apelativo con el que Plinio el Viejo designaba en sus obras a
algunas plantas de este género, como las romazas (Rumex
conglomeratus) o acederas (Rumex acetosa). El
específico (Maderensis) es una referencia geográfica a la isla de
Madeira, una de sus localizaciones clásicas.
Rumex tingitanus, Rumex
tingitanus var. maderensis, Acetosa maderensis.
Distribución:
Endemismo macaronésico. El Hierro,
La Palma, La Gomera, Tenerife, Gran Canaria.
Ecosistemas: Laurisilva, Fayal-brezal,
Pinar.
Altitud: Normalmente entre los
600-1.600 m s. n. m.
Texto y fotos: J. Alfredo Pérez Martín