Flora de las Islas Canarias

Especies

Flora canaria > Erica platycodon

Erica platycodon  (Webb & Berthel.) Rivas-Mart. & al. ssp. platycodon
Familia ERICACEAE
Tejo, Flejo, Brezo romano, Brezo de escobas

Descripción
Arbusto o arbolito delgado y erecto, normalmente de unos 3-4 m de alto, aunque en el interior de la Laurisilva pueden verse ejemplares de hasta 10 m de envergadura, con troncos de hasta más de 50 cm de diámetro. Esos troncos y las ramas más viejas están recubiertos de una gruesa y esponjosa corteza de color rojizo pardusco, que se desprende fácilmente en largas tiras longitudinales; las ramitas jóvenes, en cambio, son lisas y de color rojizo.
Sus pequeñísimas hojas son de un color verde intenso y se desarrollan casi perpendiculares a los tallos jóvenes, agrupadas en verticilos de tres o cuatro hojitas cada uno. Son simples, duras, finas y alargadas (aciculares), de apenas 1-2 cm de longitud y 2-2,5 mm de ancho, glabras, con el margen enrollado y un pequeño surco longitudinal; al desprenderse van dejando una minúscula y característica huella sobre las ramas.
Sus diminutas y abundantes flores, de color amarillo verdoso con tonalidades rojizas, se agrupan en largas y densas inflorescencias terminales; presentan una corola anchamente acampanada de la que sobresale un largo estilo rematado por un estigma grueso y cabezudo.
Los frutos son cápsulas ovoides de unos 5 mm de ancho que encierran una gran cantidad de minúsculas semillas, esparcidas por el viento durante los meses del verano.



Hábitat
Endemismo canario que se conforma con suelos pobres, pero exige mucha humedad, por lo que aparece siempre en zonas del Monteverde habitualmente batidas por el mar de nubes, jugando un papel muy importante en los lomos y filos expuestos al viento húmedo. Con frecuencia se encuentra asociado a su congénere el brezo (Erica arborea), aunque en ocasiones forma pequeños bosquetes casi monoespecíficos (tejares), muy compactos y difíciles de transitar.

Floración
Finales de invierno y primavera, habitualmente entre los meses de abril y junio.

Reproducción
Por semillas.

Usos
Con sus ramas se hacían antiguamente rudimentarias escobas para barrer los pisos de tierra, los patios mal empedrados, y el suelo pedregoso de las eras donde se trillaban y aventaban la cebada, el trigo y otros cereales.
Su madera era muy apreciada para tallar cucharas, empuñaduras de cuchillos y otros utensilios del hogar.
Lo mismo que la del brezo, su madera produce un excelente carbón, por lo que fue muy utilizada en otros tiempos para obtener tan preciado combustible, motivo que dio lugar a una importante regresión de sus poblaciones. Esta actividad carbonera fue especialmente destacada en los bosques de Anaga, en Tenerife, donde se practicó de modo intenso, y muchas veces clandestinamente, hasta mediados del siglo XX, y de cuya importancia en la zona da idea la existencia de un caserío que lleva el nombre de Las Carboneras.
Sus ramas tiernas se empleaban ocasionalmente como forraje, mezcladas con otras plantas, y también como cama del ganado.
Sus flores suministran abundante néctar a las abejas, que lo transforman en una miel muy líquida, con sabor intenso y de color marrón con tonos ligeramente rojizos.
Las ramitas del tejo suelen formar parte de los nidos de las dos palomas endémicas de la Laurisilva canaria, la paloma turqué (Columba bollii) y la paloma rabiche (Columba junoniae).



Propiedades medicinales
Su empleo en la medicina tradicional canaria es desconocido, pero es de suponer que posee las mismas cualidades que el brezo (Erica scoparia), que se utilizaba como diurético y antiséptico.

Distribución
Islas Canarias.

Notas
Erica platycodon es una especie macaronésica, de la que se distinguen dos subespecies. La ssp. platycodon, endémica de las Islas Canarias, y la ssp. maderincola, presente en la isla de Madeira.
El tejo se diferencia claramente del brezo por su porte más achaparrado, su follaje más oscuro y brillante, con hojas más anchas y rígidas, con el margen revoluto, y sus flores más coloridas.


Etimología
Su nombre genérico (Erica) parece derivar del griego ereiken (quebrar), en alusión a la fragilidad de sus ramas, y que derivó después al latín erica, que era el apelativo que los romanos daban al brezo. El específico (Platycodon) procede de la unión del término latino platys (ancho) y el griego kodon (campana), aludiendo a la forma ampliamente acampanada de sus pequeñísimas flores.

Sinonimia
Erica scoparia, Erica scoparia ssp. azorica, Erica scoparia ssp. platycodon.


Distribución: Endemismo canario. El Hierro, La Gomera, Tenerife.
Ecosistemas: Laurisilva, Fayal-brezal.
Altitud: Normalmente entre los 400-1.200 m s. n. m.

Texto y fotos: J. Alfredo Pérez Martín

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