Flora de las Islas Canarias

Aeonium rubrolineatum

 Bejeque
Descripción: Matita perenne, suculenta, de hasta 1 m de alto, prontamente ramificada, con tallos gruesos, cilíndricos y carnosos, marcados por las cicatrices de las hojas caídas.
Las hojas, de color verde, carnosas, con rayas rojizas, especialmente en el envés, se agrupan en rosetas terminales de hasta 10 cm de diámetro.
Sus preciosas flores estrelladas, de color amarillento con vetas rosáceas, crecen amontonadas en llamativas inflorescencias terminales que surgen del centro de la roseta foliar. Cada flor presenta entre ocho y once pétalos y doble cantidad de estambres, produciendo un sinfín de minúsculas semillas.
Ecología: Endemismo de la región central y occidental de la isla de la Gomera, en el límite inferior de la zona boscosas. Frecuente localmente: Arure, Chorros de Epina, Garajonay, etc.
Puede confundirse con otra especie de su mismo género (Aeonium holochrysum) de parecidas características morfológicas y ecológicas.
Ocasionalmente se hibrida con Aeonium spathulatum.
Floración: Verano.
Reproducción: Por semillas y esquejes.
Usos: Ornamental. Sin embargo, la facilidad para hibridarse con otras especies de su género, y el riesgo de contaminación genética que esto conlleva, hace desaconsejable su uso en jardinería fuera de sus zonas de distribución natural.
Propiedades medicinales: El zumo de sus hojas puede emplearse para sanar pequeñas quemaduras y para rebajar la hinchazón producida por golpes o caídas.

Endemismo canario.
La Gomera.
800-1200
Bosques termófilos, Laurisilva, Fayal-brezal