Flora de las Islas Canarias

Especies

Flora canaria > Cynara cardunculus

Cynara cardunculus  L. var. ferocissima Lowe
Familia ASTERACEAE
Alcachofa silvestre, Alcachofa espinosa, Alcaucil

Descripción
Herbácea anual o bienal de 1-1,5 m de alto, de raíz gruesa, hasta 12 cm de diámetro, con tallo recio y erecto, en cuya base se forma una gran roseta foliar de hasta más de 1 m de diámetro. Este tallo se halla protegido por una gruesa corteza, profusamente estriada y revestida de una pegajosa pubescencia.
Sus grandes hojas, de hasta 40 cm de longitud, son muy toscas y espinosas, de color verde pálido en la haz y más o menos blanco-tomentosas en el envés, con forma diferente según donde estén situadas: las basales son pecioladas y enteras, mientras que las del tallo (caulinares) son sésiles y están dos veces divididas (bipinnadas) en segmentos espinosos profundos. En su entronque con el tallo se escurren largamente a lo largo del mismo (decurrentes), formando en esa zona una doble y amedrentadora hilera de espinas.
Sus hermosas y brillantes flores, pentámeras, finamente tubulosas, de unos 3-4 cm de longitud, y color violeta o azul intenso, se sitúan en grandes cabezuelas casi esféricas de 4-5 cm de diámetro, con un receptáculo carnoso rodeado de una espectacular coraza de brácteas anchas, más o menos ovaladas, y terminadas en una robusta y aguda espina amarilla.
Los frutos son aquenios gruesos y alargados de hasta 7 mm de longitud, de color grisáceo con manchas más oscuras, y dotados de un larguísimo vilano que favorece su dispersión por medio del viento.



Hábitat
Este cardo, de procedencia mediterránea y el más feroz de todos los que viven en las Islas Canarias, resulta cada día más asiduo en nuestro territorio, localizándose sus ejemplares desde la zona costera hasta el límite inferior de los pinares. Crece bien en escombreras, terrenos removidos y huertas abandonadas, aún ricas en nutrientes, así como en márgenes de caminos y carreteras, comportándose en algunas zonas como especie invasora especialmente agresiva.

Floración
Finales de primavera y verano, especialmente en los meses de junio y julio.

Reproducción
Por semillas.

Usos
Sus tallos y hojas tiernas, así como la base carnosa de las cabezuelas, son comestibles, pudiendo consumirse en potajes, tortillas, ensaladas, etc. Además de ser sabrosos poseen cualidades dietéticas especialmente interesantes para los diabéticos.
Se emplea ocasionalmente como planta ornamental, debido a sus grandes y brillantes flores, aunque hay que ser muy cuidadoso con su manipulación, pues sus numerosas espinas, de color amarillo pajizo y afiladas como agujas, producen penetrantes y dolorosas heridas.
En algunos países se cultiva para preparar, con sus tallos y hojas, piensos para el ganado bovino. En la isla de Gran Canaria se emplean sus flores secas como cuajaleche, para elaborar los llamados quesos de flor, o quesos de media flor, cuando se mezcla por mitades con cuajo animal.



Propiedades medicinales
El aceite de sus semillas se usa, internamente, para la hepatitis, la cirrosis y los trastornos menstruales, y de modo externo para enfermedades de la piel: dermatitis, eczemas, etc.
Lavándose la cabeza con el agua destilada de sus flores se mantiene el cabello sano y vigoroso. La infusión de su raíz ayuda a realizar una buena digestión.

Distribución
Portugal, zonas meridionales y occidentales del mediterráneo, norte de África, Macaronesia. Algunos autores consideran a la var. ferocissima como endémica de Canarias y Madeira.

Etimología
Su nombre genérico (Cynara) proviene del griego, siendo el término con que los griegos denominaban a la alcachofa. El específico (Cardunculus) procede del latín carduus (cardo), por el parecido que tiene con un cardo.

Sinonimia
Cynara horrida, Cynara ferocissima.


Distribución: Nativa. El Hierro, La Palma, La Gomera, Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura, Lanzarote.
Ecosistemas: Cardonal-tabaibal.
Altitud: Normalmente entre los 200-500 m s. n. m.

Texto y fotos: J. Alfredo Pérez Martín

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