Flora de las Islas Canarias

Especies

Flora canaria > Aloe arborescens

Aloe arborescens  Mill.
Familia ASPHODELACEAE
Aloe arbóreo, Pitera roja, Candelabro, Pulpo

Descripción
Sus exóticas formas y sus elegantes inflorescencias, que en plena floración llaman poderosamente la atención por su color rojizo anaranjado, unido a su fácil reproducción vegetativa, han convertido a esta especie en una de las plantas suculentas más cultivadas de todo el mundo.
Se trata de un arbusto de base leñosa, que produce una abundante y enmarañada ramificación que puede llegar a formar, en ejemplares viejos y bien desarrollados, una voluminosa masa vegetal de hasta 3-4 m de alto y otro tanto de diámetro, formando una imponente e impenetrable fortaleza vegetal.
Sus hojas, gruesas, carnosas y de color verde grisáceo a verde intenso, se disponen en densas y desordenadas rosetas terminales de hasta más de 80 cm de diámetro. Son simples, largas, estrechas y agudas en el ápice (ensiformes), recurvadas hacia abajo (reflexas), y con espinas carnosas de color amarillo claro, tanto más rígidas y de mayor tamaño cuanto más cercanas a la base de la hoja. Estas hojas contienen una gran cantidad de savia gelatinosa, densa y amarga, que, una vez condensada, se convierte en una famosa droga ampliamente usada en la producción farmacéutica internacional y que se conoce desde la Antigüedad con el nombre de aloe o acíbar.
Las flores se disponen en densos racimos terminales erectos de unos 20-30 cm de largo, sostenidos por recios tallos floríferos de hasta 70-80 cm de longitud. Cada flor, de unos 3-4 cm de longitud y sostenidas por largos y finos pedúnculos, presenta un periantio petaloideo, formado por seis tépalos soldados formando un tubo, seis estambres que sobresalen de la envoltura floral, y un ovario súpero; permanecen erectas antes de su apertura, inclinándose hacia abajo a medida que se marchitan.
Producen frutos en forma de cápsula alargada de paredes poco consistentes, conteniendo unas cuantas semillas de pequeño tamaño, aunque los ejemplares cultivados raramente fructifican.



Hábitat
Esta especie, de origen sudafricano, se cultiva frecuentemente como ornamental en las Islas Canarias, habiendo constituido una de las plantas típicas que se encontraban en las cercanías de las viviendas campesinas en la primera mitad del siglo XX, y probablemente desde mucho antes.
Hoy se encuentra semiasilvestrada en cercanías de viviendas antiguas, márgenes de caminos y carreteras, etc.

Floración
Invierno. El periodo de floración de cada ejemplar es muy corto, marchitándose los racimos florales al cabo de pocos días.

Reproducción
Por semillas y retoños basales; también por esquejes, que prenden con mucha facilidad si se dejan cicatrizar durante varios días antes de plantarlos.

Usos
En la actualidad su uso más extendido es el ornamental, tanto en jardines públicos como privados, apreciada tanto por su abigarrado porte como por sus llamativas inflorescencias. Ocasionalmente se emplea para crear setos y linderos.
En Portugal elaboran redes de pescar con las fibras que obtienen de la corteza de sus hojas.



Propiedades medicinales
El aloe posee importantes cualidades medicinales, especialmente destacadas en el tratamiento de enfermedades de la piel, aunque también se le atribuyen otras muchas propiedades: digestivas, purgantes, analgésicas, antiinflamatorias, bactericidas, catárticas, etc. Se puede usar tanto externamente, de forma tópica, como interna, ingiriendo sus jugos.
En los últimos tiempos la producción y comercialización de productos terapéuticos derivados del aloe se ha convertido en una gran industria dentro del ámbito de la dermocosmética y de la medicina natural.
En sus regiones de origen hacen uso del acíbar para provocar contracciones que aceleren el parto.

Distribución
Sudáfrica, Mozambique, Zimbabue y Malaui. Naturalizada en muchas zonas del mundo.

Notas
Se trata de una planta muy conocida desde la Antigüedad por sus propiedades medicinales y cosméticas, de la que ya se habla en textos tan importantes en la cultura occidental como el Antiguo Testamento. Se usaba ampliamente en China y en el Antiguo Egipto, constituyendo, al parecer, la base de uno de los ungüentos usados habitualmente por la reina Cleopatra.
Dioscórides ya la describía en su herbolario griego, y también existe constancia de su empleo por romanos, árabes e hindúes. Fue una de las numerosas especies introducidas en América por los conquistadores españoles.


Etimología
Su nombre genérico (Aloe) parece tener un origen no muy claro. Podría derivar del latín aloe, con el que en la época romana se denominaba tanto a la planta como a su amargo jugo. Otros autores creen que viene del árabe alloeh, que significa sustancia amarga brillante. El específico (Arborescens) procede del latín y alude a su porte arbustivo o casi arbóreo.

Sinonimia
Aloe arborea, Aloe frutescens, Aloe fruticosa, Aloe natalensis, Aloe perfoliata, Catevala arborescens.


Distribución: Introducida. La Palma, Tenerife, Gran Canaria.
Ecosistemas: Cardonal-tabaibal, Bosques termófilos.
Altitud: Normalmente entre los 100-1.000 m s. n. m.

Texto y fotos: J. Alfredo Pérez Martín

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