Hace mucho tiempo, cuando la miseria y el
hambre eran comunes en muchos hogares canarios, los rizomas de las
taragontías, parecidos a pequeños boniatos, sirvieron de alimento a
nuestros antecesores, que lo llevaban a la mesa después de haberlos
cocinado y tostado. Cuentan, incluso, que en la isla de El Hierro
llegaron a comerse también sus semillas, después de rasparles la cáscara
y cocerlas con abundante sal. Rizoma como una pequeña batata. . Las
hojas brotan del tallo subterráneo dando la impresión de que surgen
directamente del suelo. Peciolos largos y huecos (20-40 cm.) Hojas con
5-9 lóbulos
De ese tallo subterráneo, que se comían nuestros
"tatarabuelos", resurge cada año un ramillete de grandes hojas -de hasta
40 cm de largo-, que parecen brotar directamente de la tierra. Su forma
es inconfundible, pues al final de un larguísimo peciolo se forma una
gran lámina palmeada, profundamente lobulada y de brillante e intenso
color verde.
Las diminutas flores de las taragontías, de color
amarillo pálido, se disponen en espiral sobre un largo y carnoso eje
(espádice), que está rodeado por una hoja modificada que hace las veces
de cáliz y corola (espata). Esta espata, de color crema, puede llegar a
medir más de 50 cm de largo y, con el tiempo, se encarga de envolver
apretadamente al racimo de pequeñas bayas rojo-anaranjadas que
constituye el fruto de esta singular planta. Diminutas florecillas
dispuestas en una espiral muy cerrada sobre un eje engrosado (espádice).
El espádice está rodeado por una bráctea (espata) de color blanco
verdoso.
La Taragontía es un raro endemismo de nuestro
Archipiélago que prefiere habitar en zona de medianías, aunque también
podemos encontrarlo en la Laurisilva, el Fayal-Brezal y hasta en el
Pinar. Gusta de suelos algo húmedos, sombreado s y bien nutridos, pero
tampoco desprecia los matorrales abiertos o los secos pastizales.
Generalmente busca el amparo de árboles grandes y frondosos, creciendo
casi siempre en pequeños grupos, aunque también es posible verlo
solitario o formando densas colonias. Crece en lugares abiertos del
Monteverde, sobre terrenos sueltos y ricos en materia orgánica. También
cerca de la costa, fuera del monte, pues sólo necesita unos cuantos
meses húmedos. A veces en el pinar.
La floración se produce en primavera,
madurando los frutos en verano.
Por semillas.
Se trata de una especie tóxica con
componentes venenosos que desaparecen por cocción o secado, lo que ha
permitido el uso culinario de esta planta. Cuando ya no fueron
necesarios para el hombre, las batatas de las taragontías sirvieron para
engordar a los cochinos. En El Hierro, se consumían también las
semillas, que tiene un sabor picante. Se les raspaba ligeramente la
cáscara y se cocían con sal. Las semillas se podían coger en verano.
El zumo de su rizoma se ha empleado para
combatir las caries y otras afecciones de la boca.
Islas Canarias.
Después de la última revisión
taxonómica han quedado establecidas cuatro subespecies de esta planta.
Su nombre genérico (Aeonium)
proviene del griego y quiere decir eterno o que vive permanentemente.
permanentemente
Distribución:
Endemismo canario. El Hierro, La
Palma, La Gomera, Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura??..
Ecosistemas: Bosques termófilos, Laurisilva, Fayal-brezal,
Pinar.
Altitud: Normalmente entre los
150-800 m s. n. m.