Flora canaria > Pistacia atlantica
Pistacia atlantica Desf.
Familia ANACARDIACEAE
Almácigo
Descripción |
Tiene hojas alternas de hasta más de 12 cm de largo, compuestas cada una de un número impar de foliolos (imparipinnadas), generalmente cinco o siete, lanceolados, enteros en los bordes, algo puntiagudos, muy lustrosos y de hasta 5 cm de longitud. Su color cambia del verde intenso, cuando jóvenes, al marrón rojizo cuando son viejas o están expuestas a situaciones muy soleadas.
Es una especie dioica, con flores masculinas y femeninas en ejemplares distintos. Las masculinas son de color verde amarillento y se agrupan en pequeños y densos amentos colgantes, mientras que las femeninas se disponen en racimos laxos de color rojizo.
Los frutos son pequeñas drupas carnosas parecidas a aceitunas, de unos 7-10 mm de diámetro y de brillante colorido: verde, rojizo o violáceo; se agrupan en racimos semicolgantes poco densos de hasta 20 cm de largo.
Hábitat |
Fue muy abundante en épocas pasadas, pero en la actualidad su presencia es muy escasa, y en muy pocas localidades se pueden observar pequeñas poblaciones de este atractivo árbol, como es el caso de Los Silos, en Tenerife, San Andrés, en La Palma, o Agaete, en Gran Canaria.
Floración |
Reproducción |
Usos |
Según Viera y Clavijo, el gran naturalista canario del siglo XVIII, la resina del almácigo servía para fabricar barnices y lacas, así como para perfumar los aposentos.
En algunos países del mediterráneo, y otros tan lejanos como Estados Unidos o Ucrania, se emplea el almácigo como portainjerto para el cultivo del pistachero (Pistacia vera), pues es una especie es muy vigorosa, aguanta mucho la asfixia radicular y tiene buena afinidad con la mayor parte de los cultivares.
En ciertos lugares, como las ciudades del Mar Negro, el almácigo constituye una planta ornamental típica del arbolado urbano. Un uso del que debieran tomar nota nuestras autoridades, y hacer lo mismo en nuestras islas, en lugar de ajardinarlas con especies foráneas, que en muchos casos son perjudiciales para nuestra flora endémica.
También se emplea en reforestaciones de tierras áridas para luchar contra la erosión.
Sus semillas crudas son comestibles, y su resina contiene aceites esenciales utilizados en perfumería y droguería.
Propiedades medicinales |
Sus ramas exudan una resina, blanquecina e intensamente aromática, que utilizaron nuestros antepasados para aliviar sus dolores de gota y reuma. Con esta misma resina se preparaba una especie de chicle o goma de mascar usada para fortalecer las encías y refrescar el aliento.
Distribución |
Notas |
En las Islas Canarias, el almácigo y el sauce canario (Salix canariensis) son las dos únicas especies nativas que pierden sus hojas en otoño (caducifolias).
El almácigo se distingue del lentisco (Pistacia lentiscus), por el número impar de foliolos en sus hojas, y por la forma ovoidea de sus frutos. En el lentisco los frutos son redondos y tiene un número par de foliolos.
De la importancia de esta especie en el pasado habla el hecho de que aparezca en los escudos heráldicos de algunos municipios canarios, como Arona o Guía de Isora, en la isla de Tenerife. En este último municipio aún existe un viejo y emblemático ejemplar conocido como "el almácigo de Chajajo".
Etimología |
Sinonimia |
Distribución: Nativa. La Palma, La Gomera, Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura.
Ecosistemas: Bosques termófilos.
Altitud: Normalmente entre los 200-500 m s. n. m.
Texto y fotos: J. Alfredo Pérez Martín