Cuando era pequeño pasé muchas horas viendo
como mi abuelo vaciaba los pinillos secos de las piteras para hacer
"corchos para hurones". Esos pinillos no eran otra cosa que los enormes
tallos florales que produce esta especie, y que surgen -cuando ya la
planta tiene varios años- del centro de una considerable roseta basal,
formada por grandes y carnosas hojas que llegan a medir más de 2 m de
longitud. De color verde azulado y completamente lisas, tienen los
bordes rudamente espinosos y una larga, afilada y negra espina en su
ápice. Sus flores se disponen en compactos grupos al final de las
numerosas ramitas que, a semejanza de los brazos de un candelabro, se
van ordenando alternativamente a lo largo del tallo florífero. Los
tépalos, de color verdoso, forman una especie de tubo cerrado, que más
tarde se abre para dejar paso a numerosos estambres de hasta 5 cm de
largo, provistos de grandes anteras de color amarillo dorado. Sus frutos
consisten en cápsulas duras que contienen numerosas semillas aplanadas.
A esta planta se le atribuyen desde antaño numerosas virtudes
medicinales. La infusión de sus hojas y flores se emplea para bajar la
fiebre, mejorar la digestión, curar úlceras y heridas de la piel,
rebajar la inflamación de las encías irritadas, combatir el mal aliento,
regular los trastornos menstruales, Ecología: Provenientes de
América, las piteras se introdujeron en Canarias para ser cultivadas
como especie textil, de cuyas fibras se obtenían sogas, redes, tejidos,
etc. Sus plantaciones llegaron a ocupar considerables extensiones de la
zona baja y seca de las islas, pudiendo observarse aún restos las mismas
en muchas localidades. Una vez abandonado su cultivo, se han ido
naturalizando en áreas costeras y de medianías, constituyendo en la
actualidad un elemento tan típico del paisaje isleño que muchos lo toman
por endémico. Floración: Primavera y verano. La floración se produce
una sola vez en su vida, muriendo a continuación la planta.
Reproducción: Por semillas, retoños basales, y por las plántulas que se
forman en las inflorescencias y caen al suelo. Usos: Las piteras se
han empleado como forrajeras y para construir setos que deslindaran
propiedades o acotaran espacios de pastoreo. Con los tallos florales
secos aún se construyen techumbres para chozas y establos, y con sus
hojas, dispuestas a modo de tejas, elaboran algunos campesinos
rudimentarios canalones por los que desvían hacia sus huertas el agua de
barrancos y manantiales. Pero, seguramente, la utilidad más importante
de las piteras está en sus raíces, que juegan un destacado papel en la
retención de suelos, evitando la fuerte erosión que las lluvias provocan
en los terrenos más inclinados.
DISTRIBUCIÓN: Especie introducida. Tenerife,
La Palma, La Gomera, El Hierro, Gran Canaria, Lanzarote, Fuerteventura.
ECOSISTEMAS: Cardonal tabaibal, Bosques termófilos ALTITUD: 10-700